martes, 7 de julio de 2015

Velázquez conquista París

Velázquez ha triunfado por completo en París. Su exposición despertó mucha expectación, antes incluso de su inauguración, ya que estaba previsto que el acto de la misma lo presidieran los Reyes de España pero, como ya os conté, aquella visita fue aplazada. El interés por la muestra continuó más tarde de manera que es una de las exposiciones más visitadas de toda la historia del Grand Palais y una cita ineludible para parisinos y visitantes. Las colas que había para la visita eran tremendas: no resultaba nada raro tener que esperar dos horas para poder entrar. Es fácil entender este éxito porque en toda Francia sólo hay tres cuadros del pintor sevillano y esta exposición es completísima. El Grand Palais alberga obras de todas las etapas de Velázquez y venidas de todas las partes del mundo: el Museo del Prado ha aportado varias piezas, otras han venido desde museos norteamericanos. Además, también incluye obras de otros pintores y escultores como su maestro y suegro Francisco Pacheco, su esclavo liberto Juan de Pareja y su yerno y discípulo Juan Bautista del Mazo.

Por mi parte, sólo puedo expresar cosas positivas de la exposición que el Gran Palais ha dedicado a Velázquez. En primer lugar, es inmensa pero no se hace pesada porque está bien organizada por etapas y bien explicada. En segundo lugar, porque se dan a conocer momentos de la vida del pintor en relación con otros hechos coetáneos como guerras, establecimientos de dogmas religiosos y sucesos relacionados con la familia real española de la que Velázquez era pintor oficial. Para finalizar, esta muestra me ha permitido ver tres obras que no pensaba ver en los próximos años y, mucho menos, juntas: La venus del Espejo, El retrato de Inocencio X y La Infanta Margarita vestida de azul. Aquí están las tres venidas de Londres, Roma y Viena respectivamente. Además, he podido disfrutar otra vez de algunas obras magnas del Prado como el retrato ecuestre del Principe Baltasar Carlos o el de la infanta Margarita con vestido rosa.

Una exposición fantástica que me encantó pero que, por desgracia, ya se acaba. Velázquez ha triunfado en París como sólo los grandes artistas pueden hacerlo.

Cartel de la exposición

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