martes, 19 de abril de 2016

Nuit Debout, el 15-M francés

Este pasado día 13, asistí a la asamblea general del movimiento Nuit Debout, el equivalente al 15-M español. Después de la reunión de varios grupos sectoriales, comenzó la puesta en común de las propuestas, por llamarla de alguna manera, ya que no hubo ninguna declaración de interés de temas concretos. Resultó un poco decepcionante que, a estas alturas, las conclusiones que se presentaron fueran sólo de tipo interno y organizativo. Éstas se pueden resumir en tres puntos: no monopolizar la reunión con un solo tema, liberar la plaza de discriminación (machismo, antisemitismo, racismo, xenofobia, homofobia...) y la convergencia de horarios ya que mucha gente trabaja hasta tarde por lo que se pidió revalorizar el tiempo, optimizarlo. El proyecto ha nacido con unos objetivos muy ambiciosos: modificar el sistema político y económico. Se atrevieron a decir que de aquí saldría la VI República Francesa.

Por supuesto, no faltaron las referencias al internacionalismo (la base identitaria de la izquierda frente a la sociedad burguesa), la justicia social y la integración económica de todos para que la economía esté puesta al servicio de los ciudadanos y no al revés.

En Francia, los indignados de izquierdas tienen un gravísimo problema si lo que quieren es crear un movimiento y posterior plataforma política al estilo de Podemos. Y ese problema es el Frente Nacional. Es cierto que en Francia, la crisis económica no ha golpeado con tanta dureza como a España, Italia, Grecia y otros países pero sí ha habido una gran subida en la tasa del desempleo, desaceleración económica y recortes en las prestaciones sociales. La diferencia es que las prestaciones sociales son tan enormes y generalizadas que los recortes apenas se han notado. El desempleo ha aumentado, sobre todo, en ciertas regiones con gran presencia de industria pesada y tecnológica. Los empleados de esa industria que antes votaban a los partidos de izquierda se han convertido ahora en votantes del Frente Nacional. La política neoliberal que está destruyendo la economía europea y que aplican tanto los partidos de izquierda como de derecha está dejando descontentas a muchas personas que la sufren, sobre todo, los votantes socialistas. El Partido Socialista francés ganó las elecciones presidenciales más por demérito del contrincante (un Sarkozy narcisista, superficial y afectado por escándalos de corrupción) que por mérito propio de su candidato, el sobrepasado Hollande. Desde entonces, sus resultados han ido empeorando en cada cita electoral.

Aparte, la presidenta del FN, Marine Le Pen, es muy inteligente y está gestionando la imagen y el discurso de su partido de forma muy astuta. Se ha alejado por completo del discurso xenófobo y racista de su padre y se ha centrado en la economía y el bienestar ciudadano. Ha dado en la tecla al señalar a los políticos tradicionales, las grandes corporaciones y la Unión Europea como culpables de esta situación. No importa qué partido gobierne, al final, a nivel económico, siempre es la Troika la que decide. Se cambia de políticos pero no de política.

Por todo lo anterior, los de Nuit Debout tienen un debate abierto sobre si deben o no acercarse a los votantes del FN. Necesitan su fuerza social, su indignación y sus propuestas pero no pueden aceptar el discurso discriminatorio que subyace en este partido. Muchos votantes del FN no son necesariamente racistas, xenófobos, machistas, homófobos... pero han visto en él una forma de protestar contra los partidos gobernantes y con el que canalizar su indignación. El FN es el partido que más molesta al poder dentro y fuera de Francia, mucho más que los antiguos comunistas o la izquierda libertaria que ahora se ha agrupado en una coalición intentando rascar votos al PS. Además, Sarkozy ya normalizó el discurso racista y xenófobo cuando fue presidente, de manera que muchos ciudadanos han perdido el miedo a los exabruptos de algunos líderes del FN (no Marine, que siempre carga contra los políticos, nunca contra ciudadanos individuales).

En cualquier caso, en Nuit Debout, buscan acercarse a los indignados y descontentos al margen de idieologías. No sólo buscan debatir sino repolitizar la sociedad. Y, andando el tiempo, cambiar la sociedad. Aunque la lentitud del ritmo de debate y las interminables discusiones sobre la organización no ayudan a su propuesta. Si esperan copiar el modelo de Podemos y su meteórico ascenso van por muy mal camino. Además, esta iniciativa no ha estado exenta de polémicas como la protagonizada el sábado contra el filósofo y académico Alain Finkielkraut, insultado por los allí presentes. Una situación lamentable ya que Finkielkraut es, precisamente, uno de los intelectuales que más ha denunciado el racismo de la sociedad francesa y el fracaso del progreso económico, por no decir que fue el primer occidental que denunció públicamente el genocidio durante la guerra de Yugoslavia (eufemísticamente llamado limpieza étnica). Éste no es el pluralismo que predican.



Imágenes de la asamblea

 Rincón de debate sobre la industria nuclear, importantísima en Francia

Consejos prácticos de la organización

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